En 1910 México vivió un capítulo crucial en su historia, trabajadores de diferentes clases sociales pero con objetivos afines como la libertad y justicia, salieron a las calles a exigir al gobierno de esa época lo que por derecho les pertenecía, mejores salarios, equidad de trato entre patrones y obreros, así como libertad para elegir gobierno. En 1994 el EZLN encabezado por el subcomandante Marcos volvió a alzar la voz, pues en menos de 100 años el esfuerzo de nuestros ancestros se veía sofocado por el mal gobierno. Varias cartas fueron transmitidas por el grupo donde exponían sus planteamientos políticos y su palabra, dejo aquí algunos fragmentos de uno de estos comunicados:
Cuarta Declaración de la Selva Lacandona
Hermanos:No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.
Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada.
Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos.
Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos.
Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.
Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.
Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.
Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenzas.
Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.
Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos.
Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas.
Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.
Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido.
Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.
Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias.
Aquí estamos. No nos rendimos. Zapata vive y, a pesar de todo, la lucha sigue.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
México, enero de 1996
Se dice que hace 102 años en México se lucho por el sufragio efectivo, por la libertad de expresión, se creo una constitución y se lucho porque la tierra fuera para quien la trabajase. Se dice que en 2012 en México el sistema electoral deja mucho que desear y que la democracia es solo humo, que la constitución esta llena de parches y que a conveniencias se respeta o no y que el campo esta en declive que se consume más alimento extranjero del que se produce en el país. Se dicen tantas cosas, pero se hacen menos. Y ahora la pregunta es ¿hay motivos para celebrar una revolución que a más de un centenario de su inicio parece perdida en la indiferencia?
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