Agosto
de 2013, día 24, aproximadamente 2:30pm (4:30pm GTM -06:00) llegué a la
calurosa ciudad de Hermosillo en el desértico estado de Sonora; el plan para
ese entonces era quedarme hasta diciembre, esto por cuestiones laborales y como
a esta edad (23 en esa fecha, ahora 24) nada me ata y todo me reta, me lance a
la aventura.
Hasta
este punto podría parecer que mi estancia ha sido como un cuento de Disney,
solo que cambiando los caballos blancos por un cuadro de aluminio y dos ruedas;
pero la realidad es que no, yo acostumbra a ser FIESTA, ser social (que es
diferente a ser popular) y no estar más de 2 horas en casa, me volví rutinaria:
despierta-trabaja-ve a algún paseo en
bici-intenta dormir-duermete-despierta-trabaja-etc.., lo peor llegaba en
fines de semana, esos 3 días tan anhelados por todos se convirtieron en mis
peores enemigos: despierta-trabaja-lava
ropa-trabaja-has comida-trabaja-sal a andar en bici-picate los ojos- trabaja
hasta que te de sueño-duerme- y es que me ha costado desenvolverme en el
ámbito social, aquí soy guacha, algo que significa que de Sinaloa-Sonora hacia
abajo eres sureño y al ser sureño, eres discriminado, porque los sonorenses
“son una verga más grande y dura que la de cualquier actor porno”, no hablo con
esas palabras (que sigo pensando que inventan una cada que se ponen pedos) como
bichi, michi, chero, ñero, buqui, sarra, etc, y pues no estudie acá, entonces
no es tan fácil entrar en sus círculos sociales.
Mi
estancia que parecía terminar en diciembre se ha alargado hasta una fecha aún
sin definir y mis visitas a Guadalajara se convierten siempre en una vorágine
de fiestas y reuniones sociales, en busca de llenar las semanas o meses que no
logró salir más de la tiendita.
Los
primeros días de marzo hice un viaje corto a tierras tapatías, fui con
objetivos específicos como participar en un duathlon y organizar una rodada
ciclista, me di cuenta de que seguía teniendo capacidad de hacer algo si me lo
proponía y de generar conversaciones con desconocidos, así que marzo me reto a
hacer algo por mi vida.
Este
mes me cambie de casa, me hice un tatuaje nuevo, le di un nuevo nivel a la
practica del ciclismo, me anime a entrar a un bar sin conocer gente y terminar
conociendo un nuevo grupo de personas con las que ya regresé a otro bar,
finalmente me anime a ir a un concierto porque se me antojo y como no era en la
ciudad tuve que conocer ,por fortuna a una persona vía Facebook que sería mi
acompañante, lo gracioso es que resulto ser foráneo en circunstancias similares
a las mías.
7
meses después de mi llegada estoy ubicando el “underground” hermosillense. Y si bien la fiesta no es
eterna, nunca debemos perder las ganas de divertirnos, esta bien ser maduros,
esta bien trabajar (yo lo hago desde los 16 años), pero a veces es necesario
aunque sea un día olvidarte de tu cotidianeidad y compartir con otra gente, lo
que sea, una cerveza, una anécdota o una sonrisa.
Bonito
día, se les quiere, ustedes saben quienes son =)
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